Al principio del siglo XX, en un rincón de tierra campana besado por el sol y acariciado por el viento, una joven pareja de esposos – Giovanni Cervo y Angelina Grammatica – dio inicio a una historia hecha de pasión, trabajo y sabores auténticos.
Con amor y dedicación, comenzaron a cultivar sus propias viñas en una pequeña finca familiar, produciendo un vino simple pero sincero, obtenido de uvas ásperas y generosas, hijas de esa tierra fértil.
Ese vino, genuino y sincero, se convirtió pronto en mucho más que una bebida: representaba un punto de encuentro para amigos, vecinos y compatriotas. Un lugar donde se brindaba por la vida, se compartían relatos y se construían lazos.
La Cesión de Testigo
Con el paso de los años, fue uno de los hijos de Giovanni y Angelina, Giuseppe Cervo, conocido cariñosamente por todos como Peppe ‘O Russo, quien recogió la herencia de los padres.
Guiado por la misma pasión, Peppe amplió el cultivo de las viñas y hizo que la actividad familiar fuera cada vez más sólida, sin alejarse nunca de la simplicidad de los orígenes.
El trabajo seguía el ritmo lento y sabio de las estaciones, en un equilibrio natural entre tradición y amor por la tierra.
El Ingrediente Secreto
En 1994, la historia de la familia Cervo se enriquece con un nuevo capítulo.
Angelina, primogénita de Giuseppe, decide acompañar al vino con otra de sus grandes pasiones: la cocina.
El local, siempre ligado a la venta de vino de la casa, se transforma así en una taberna con cocina, manteniendo sin embargo intacto el espíritu familiar y campesino de los orígenes.
Las botellas seguían contando historias de viña, pero ahora estaban acompañadas de platos calientes, perfumados, llenos de memoria y sentimiento.
Nuestra Cocina hasta Hoy
Desde ese momento, a los calices se han añadido los sabores de casa: platos de la tradición napolitana, preparados según antiguas recetas de familia.
Desde el scarpariello hasta la genovesa, cada plato es un homenaje a las raíces, a la sencillez y a la autenticidad de una cocina que no sigue las modas, sino el corazón. Hoy en día, como antes, nuestro compromiso es el de custodiar y compartir esta herencia, ofreciendo una experiencia que sabe a verdad, convivialidad y pasión.
Cada plato cuenta una historia. Cada copa celebra un recuerdo.